Los trastornos de ansiedad constituyen hoy en día una de las principales causas por las que las personas acuden a nuestra consulta. Cualquier cambio que se da en nuestra vida habitual ya sea laboral, personal o social, es una fuente de estrés y por tanto nos genera cierto aumento en nuestro grado de ansiedad, pues se trata de una respuesta cognitiva y física adaptativa que normalmente es útil, porque nos ayuda a afrontar situaciones difíciles y a tomar decisiones, pero en ocasiones cuando las situaciones de estrés son muy intensas, frecuentes o duraderas, se puede trasformar en diversos trastornos. La ansiedad y el estrés se producen cuando existe un desequilibrio entre el individuo y su entorno.
Cuando la ansiedad se produce de una manera incontrolada pueden producir los siguientes síntomas:
Síntomas cognitivos:
Sentimientos de miedo, tensión, preocupación o nerviosismo.
Pensamientos o ideas irracionales, derrotistas, improductivos.
Incapacidad para enfrentarse a la situación o superar el problema.
Distorsiones cognitivas como la personalización, la sobregeneralización, etc.
Pensamientos constantes y automáticos sobre la situación temida y sobre la conducta de escape. Baja autoestima.
Bajo rendimiento a nivel intelectual, falta de concentración, olvidos, bloqueos mentales, indecisión, apatía, irritabilidad.
Sensación de no disfrutar de las experiencias cotidianas o de carecer de bienestar.
Síntomas fisiológicos:
Ataques de pánico.
Tasa cardíaca elevada y palpitaciones.
Sudoración.
Elevación de la presión sanguínea.
Hiper o hipoventilación con patrones irregulares de respiración.
Sensaciones de mareo o caídas reales.
Tensión en el estómago seguida en ocasiones de dolor o diarrea.
Visión borrosa y dilatación de pupilas.
Tensión muscular.
Sequedad de boca.
Síntomas conductuales:
Conductas de evitación de la situación temida.
Alteraciones conductuales como temblor, paralización, tartamudeo, tics, etc.
Trastornos alimenticios, consumo de drogas, compulsiones, risas nerviosas, etc.
Controlar éstos síntomas es relativamente fácil si sabemos cómo hacerlo. Nosotros te podemos enseñar a controlar los niveles de ansiedad y la percepción de estrés negativo (distrés) mediante diferentes técnicas como el cambio de pensamientos en la percepción de la situación estresante, la solución de problemas basado en la psicoterapia breve, técnicas de relajación, respiración y mindfulness, y técnicas conductuales como la inoculación controlada de estrés, la desensibilización sistemática, etc.
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