Cuando el Día de la Madre duele: cómo sobrellevar el impacto emocional de una fecha simbólica
El Día de la Madre suele presentarse como una fecha cargada de amor, celebración y gratitud. Sin embargo, como psicólogo, sé que para muchas personas esta jornada despierta emociones contradictorias, difíciles o incluso dolorosas. En la consulta, cada año escucho relatos que nos invitan a mirar más allá del imaginario colectivo y reconocer lo que esta fecha puede significar desde una mirada emocional más realista y compasiva.
En este artículo, quiero hablarte sobre distintas experiencias que suelen emerger alrededor del Día de la Madre: desde mujeres que atraviesan una depresión posparto, hasta personas que enfrentan el duelo por la pérdida de su madre, o aquellas que no tuvieron una figura materna presente. Entender estas vivencias no solo humaniza la maternidad, sino que nos ayuda a acompañarnos mejor, a nosotros y a los demás.
Depresión posparto y el Día de la Madre: cuando la tristeza contradice la celebración
Muchas mujeres atraviesan el Día de la Madre mientras viven una depresión posparto. Esta condición psicológica, que afecta a entre un 10% y 15% de las madres recientes, puede generar un profundo malestar justo cuando la sociedad espera que se sientan plenas y agradecidas.
Las expectativas sociales —ser feliz, sentirse realizada, disfrutar de su bebé— pueden convertirse en una fuente de sufrimiento. Las madres que no logran conectar con esas emociones tienden a sentirse culpables, insuficientes o incluso aisladas.
¿Cómo abordarlo?
Es fundamental validar lo que se siente sin culpa. No experimentar felicidad en este día no convierte a nadie en “mala madre”. Buscar apoyo emocional, rodearse de personas que escuchen sin juzgar y considerar un acompañamiento profesional, son pasos que alivian y acompañan este proceso.
Cuando la madre ya no está: el duelo en una fecha significativa
Para quienes han perdido a su madre, el Día de la Madre puede ser un recordatorio doloroso. La publicidad, los mensajes en redes sociales y los gestos cotidianos pueden reactivar el duelo, aunque haya pasado mucho tiempo desde la pérdida.
Este día puede despertar emociones intensas: tristeza, nostalgia, vacío o incluso culpa, sobre todo si la relación fue compleja o quedaron cosas por decir.
¿Cómo afrontarlo?
Permitirnos sentir el dolor sin reprimirlo es clave. Crear rituales simbólicos —como escribir una carta, encender una vela o hacer algo en su honor— ayuda a canalizar el duelo y a seguir cultivando un vínculo emocional con esa figura ausente.
Vínculos maternos conflictivos: cuando no hubo una madre presente emocionalmente
No todas las personas crecieron con una madre amorosa o disponible. Algunas vivieron relaciones marcadas por la distancia emocional, la crítica constante o el abandono. Para ellas, el Día de la Madre puede ser incómodo, confuso o incluso angustiante.
La presión social para agradecer o idealizar a una figura materna puede hacer sentir a estas personas fuera de lugar, provocando sentimientos de culpa o invalidación.
¿Cómo gestionarlo?
Es importante reconocer que cada historia es única y legítima. No todas las maternidades son iguales y nadie debería sentirse obligado a celebrar un vínculo que le causó dolor. La terapia psicológica puede ayudar a resignificar esa historia y a construir un relato más sanador.
El dolor invisible: mujeres que no pueden ser madres
Para muchas mujeres que han enfrentado dificultades para concebir, pérdidas gestacionales o que simplemente no han logrado ser madres, este día puede ser una herida abierta. Mientras el entorno celebra, ellas pueden sentir un profundo vacío, mezclado con tristeza, frustración o incluso enojo.
Este dolor muchas veces se vive en silencio, sin reconocimiento social, lo que aumenta la sensación de soledad.
¿Cómo acompañarse en este proceso?
Nombrar este dolor es un acto de valentía. Buscar redes de apoyo, compartir la experiencia con personas que la comprendan y permitirse sentir lo que venga —sin juzgarlo— son formas de cuidar el bienestar emocional en un momento difícil.
Una mirada más humana de ese día
Este día puede ser hermoso para algunas personas, y profundamente doloroso para otras. Como psicólogo, creo que necesitamos ampliar nuestra mirada para incluir todas las realidades posibles. La maternidad, en sus múltiples formas y ausencias, merece ser acompañada con sensibilidad, empatía y escucha.
Sea cual sea tu historia con este día, te invito a tratarte con respeto, a validar tus emociones y a darte el permiso de vivirlo a tu manera. No existe una forma correcta de sentir en el Día de la Madre. Lo importante es que lo vivas de forma auténtica y en sintonía con tu verdad emocional.
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