Lo confieso, he disfrutado del confinamiento
Pues yo he disfrutado del confinamiento. No es la primera vez que escucho ésta frase en éstos días a amigos, familiares o pacientes, que durante ésta temporada, no sólo no lo han pasado mal, si no que además han disfrutado del confinamiento.
Y os lo confieso, yo también.
Ante esta situación en la que todo se ha torcido de alguna manera, parece que sólo se habla o que solo se puede hablar de lo mal que han ido las cosas, del sufrimiento real que han pasado algunas personas, sobre todo gente que ha sufrido las consecuencias de la infección, personas que han sufrido la pérdida de un ser querido, o del personal sanitario.
Y es cierto, la crisis provocada por el coronavirus, nos ha afectado a muchos niveles, económicamente el impacto ha sido muy duro y parece que lo seguirá siendo, pero además nos ha afectado en las costumbres y hábitos sociales, parece que ya nada volverá a ser lo mismo.
Atención a los cambios
Se acabó el darse la mano sin tener que ponerse un extra de gel hidroalcohólico y darse dos besos sin mascarilla parece que ha pasado a la historia. Usar mascarilla ya es normal, se empiezan a ver las mascarillas de moda y ya hay formas modernas de chocar la mano, ya sea con el codo o con el pie y parece que hacer las cosas como se hacían antes, resulta hasta de mala educación.
Son muchas las cosas que han cambiado y además se ha prodigado el uso de la queja, lo mal que está todo y lo hartos que estamos de ésta situación, y sobretodo lo duro que ha sido vivir encerrados en el confinamiento.
Yo mismo he estado escribiendo artículos o haciendo entrevistas, tanto en la radio (audio y videos al final del artículo) como en la televisión sobre ésta situación, aunque siempre he pretendido dar una visión un tanto positiva sobre como manejar las emociones en éste momento y lo que se puede sacar en positivo de él, pero mientras lo hacía llegué en alguna ocasión a sentirme mal, porque no mostraba el reflejo del sentir de muchas personas o lo que se comparte en los medios de comunicación.
Y es que a pesar de que la crisis me ha afectado de muchas maneras, ya que he vivido todas las consecuencias secundarias de primera mano, y sólo quienes me conocen personalmente saben de lo que hablo, he disfrutado de este momento, tanto, que me da cierta tristeza que se llegue a terminar.
Y con el pasar de las semanas he ido encontrando gente que con timidez me lo ha confesado, ellos también han disfrutado del confinamiento!!!
El momento de locura
Cuando comenzó esta situación, empezó la locura de intentar adaptarse cuanto antes, comprando toneladas de papel higiénico, agotando los guantes y mascarillas, peleándose literalmente por llevarse el gel hidroalcohólico y la lejía de las estanterías; poniéndonos horarios y rutinas que nos ayudaron a tener cierto control y a darnos más seguridad.
Pero con el paso de los días, las rutinas se volvieron cansinas y aburridas, y los horarios se fueron al garete, y es después de éste momento cuando comenzamos a asomar la cabeza la gente que empezamos a disfrutar del momento y hemos disfrutado del confinamiento.
Tanto viviendo solos, como en pareja o en familia, nos hemos ido acostumbrando y sacando la parte buena del confinamiento.
Los nuevos horarios más flexibles nos han permitido disfrutar más de nuestro tiempo, las nuevas rutinas nos han hecho reencontrarnos con nuestros antiguos hobbies o descubrir algunos nuevos, tener más tiempo que perder no ha ayudado a vivir más relajados, a organizarnos mejor y hemos podido dedicar ese tiempo a lo que realmente nos ha parecido interesante y que elegimos hacer en su momento para disfrutar de la vida.
Ya sea con nuestra pareja con la que hemos hecho más actividades y compartido más espacio, a nuestros hijos con quienes hemos compartido todo el tiempo que hemos querido, a nuestra mascotas que se pasan normalmente el tiempo solas en casa esperándonos, o a nosotros mismos, dedicándonos a reflexionar, planteándonos cosas importantes como cambios de dirección en ciertos aspectos de nuestras vidas, y cuidándonos más físicamente.
En definitiva queriéndonos y prestándonos la atención que necesitábamos y que por el ritmo de la vida estresante anterior, no podíamos dedicarnos.
Nuestra esperanza
Es decir, ahora que empezamos la desescalada y la vuelta a la mal llamada nueva normalidad, o más bien a la nueva realidad, no queremos!.
No queremos que las cosas vuelvan a estar como estaban antes, no queremos aceptar que ese ritmo de vida anterior nos va a absorber de nuevo, pero atentos, no tiene porqué ser así.
Está claro que algo va a cambiar y que ciertos malos hábitos volverán, pero podemos aprovecharnos de este momento y de esta experiencia que hemos tenido y adaptar todas esas cosas que nos han hecho reencontrarnos con nosotros y con lo que queremos de nosotros mismos.
Mi recomendación
No lo dejéis como una simple anécdota, apuntároslo, recordadlo y luchad por mantener las cosas que habéis descubierto, porque eso es realmente vivir, encontrarse tranquilo con uno mismo a pesar de las circunstancias difíciles que nos propone la vida. Recordadlo!.
♦ Audio a partir del minuto 38´ en EsRadio en el programa Es la mañana de Salamanca.
♦ Videos de entrevistas en mi canal de Youtube. No olvideis comentar o subscribiros al canal!
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